Nos encontramos en el centro del atrio que protege el lado norte del edificio. Hacia fuera, la plaza de armas conectaría el santuario con el Castillazo. Hoy su silueta queda sugerida por la del depósito de agua y el murete del antiguo cementerio.
En nuestro paseo perimetral hemos alcanzado la portada norte. Las excavaciones arqueológicas han confirmado que aquí se situaba la puerta principal del templo románico, y que sus dimensiones eran las de la portada reutilizada de la torre. La que hoy contemplamos es una portada gótica realizada por el mismo taller que labró las ménsulas decorativas de esta parte del edificio. Es muy probable que en el tiempo, sea algo anterior a la portada sur.
Lo más llamativo es la faja corrida que decora los capiteles del jambaje. Los temas que aparecen son heterogéneos y, en ocasiones, de interpretación problemática. Comenzando por la izquierda, se han identificado los siguientes: atlante (que en realidad soporta la tracería de la galería), mono con uvas tocándose el culo, exhibicionista tocándose los genitales con una botella en la mano, dos momentos de la lucha de Sansón contra el león, dos mujeres peleando ante un barril, un mono que toca la gaita, y, para acabar, un combate de híbridos.
El lado derecho se inicia con varias escenas que ilustran el viaje de las almas pecadoras al infierno: primero una joven que lleva un demonio sobre su cabeza grita, mientras es exorcizada por un sacerdote ante la que podría ser su madre; en la siguiente, quizá la misma joven, ya serena, entrega un objeto a dos diablos que cargan con las almas de los condenados; finalmente la boca de Leviatán con su cancerbero nos muestra el infierno y los condenados que gritan entre sus fauces. Hay una evidente asociación entre el grito de la joven poseída y las almas condenadas. Sigue la faja decorativa con dos caras barbadas y dos híbridos monstruosos que pisotean una de ellas. Remata el conjunto la cabeza de una reina que, como el atlante inicial, soporta ya la tracería de la galería.
Todo parece aludir al combate contra el pecado para conseguir la salvación de las almas. Por la izquierda esa dicotomía viene marcada por los pecadores (irascibles, exhibicionistas, lujuriosos y borrachos), y la fortaleza de Sansón, que mostró su poder al vencer al león, imagen del pecado. Igual que Sansón, por el otro lado, la joven exorcizada muestra la victoria sobre el diablo. Una interpretación hipotética; y una buena presentación para el acceso a un Santuario como Ujué.
Continuamos avanzando por la galería perimetral.