Hemos alcanzado el nivel de ventanas de la iglesia. De hecho, nos encontramos frente a la ventana del tramo más oriental de la nave gótica. Apuntado, con doble enmarque de baquetones alistados, refleja perfectamente el lenguaje gótico del siglo XIV. Si nos damos la vuelta, la gran ventana que tras la escalera da a exterior, es sorprendentemente de medio punto. Su lenguaje artístico es inconfundiblemente románico. Ya hemos comentado que la torre se define por un complejo proceso constructivo. Estas aparentes contradicciones son buena muestra de ello. Como hemos comprobado en el interior, los edificios medievales son el resultado de una prolongada suma de esfuerzos.
Otra vez frente a la ventana gótica, vemos que se abren dos portaditas, una a derecha otra a izquierda. Vamos a ir primero hacia el lado derecho, para observar los pormenores de la obra románica de la cabecera.