Descubrimos el trasdós de las tres bóvedas de horno de los ábsides románicos. Aquí sí que estamos observando, especialmente en el sur (o primero que nos encontramos), las dovelas originales de finales del siglo XI. Nos hacemos perfectamente conscientes del volumen, peso y masa de estos sillares irregulares y antiguos. Y de la configuración del trasdós de una bóveda de horno románica, en un punto de vista único.

En el extremo norte del nivel, desde una barandilla metálica nos asomamos al pasaje perimetral que luego recorreremos. También podemos observar el último gran contrafuerte gótico adosado a la obra románica. Quedó para siempre a la espera de que fuera desmontada la cabecera románica.
Volvemos a la torre por el mismo camino que hemos traído. Al llegar allí pasamos la puertecita que vemos enfrente. Cuidado otra vez con las cabezas.